Publicado: 13.02.2017
Durante mi tiempo en Sídney, hice una excursión de un día a las Montañas Azules. Las Montañas Azules son una cordillera, de la cual grandes partes pertenecen al Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Desde la Central Station en Sídney hay un tren directo a las Montañas Azules. Después de aproximadamente 2 horas de viaje, bajamos en el pueblo de Katoomba. Es un pequeño y tranquilo lugar con unos 8000 habitantes. Este lugar es muy visitado por turistas, ya que de aquí se puede comenzar bien la caminata en las Montañas Azules. También se encuentran aquí las famosas Three Sisters (formaciones rocosas). Sin embargo, las moscas en este lugar eran una tortura. Te vuelan solo a la cara y tratan de entrar en la boca tan pronto como la abres para comer o hablar. Sin embargo, cuando empezamos nuestra caminata, el problema de las moscas afortunadamente desapareció. La cordillera es muy grande y extensa, por lo que a pesar de nuestras 6 horas de caminata, solo vimos una pequeña parte de las Montañas Azules. Desesperadamente buscamos grandes cascadas donde queríamos bañarnos en la piscina. Hacía mucho calor y realmente necesitábamos un refresco. Lamentablemente solo encontramos pequeñas cascadas y por lo tanto tuvimos que renunciar a un gran refresco en el agua.
Después de no haber hecho deporte durante semanas, las Montañas Azules fueron un verdadero desafío para mí. Al principio, en su mayoría descendíamos más que ascendíamos, y finalmente, todo cambió en algún momento. En la cordillera solo había escaleras empinadas hacia arriba. Sintiéndome, subí miles de escalones. Mis piernas dolieron mucho durante los siguientes dos días.
En general, la caminata fue muy emocionante. Los senderos a veces estaban muy crecidos, lo que me hizo dudar de si realmente era un sendero. Además, llevaba pantalones cortos y temía que al atravesar las plantas, una araña se quedara en mí. Constantemente me picaba y me rascaba por todas partes, y me movía como un inquieto, cuando pensé una vez más que había una alimaña pegada a mí. Y luego estaba ese problema con el baño. Esperaba que en algún momento apareciera una oficina de turismo o algo similar, donde tuviera la oportunidad de ir a un baño normal. Pero no hubo nada. En algún momento no pude aguantar más y tuve que ir al arbusto para aliviarme. Tenía miedo de que bajo las hojas en las que estaba de pie saliera una serpiente, así que cambié de lugar para ir al baño. Finalmente encontré grandes rocas de piedra, sobre las cuales me subí y me sentí seguro ;-).
Durante la caminata encontramos un gran pájaro. Conocimos a un senderista australiano que nos contó que se trataba de un Lyre Bird (en español: Ave Lira). Lo especial de este pájaro es que puede imitar sonidos de todo tipo. No solo el canto de otros pájaros, sino también los sonidos de otros animales, como el ladrido de perros e incluso voces humanas.