hin-und-weg
hin-und-weg
vakantio.de/hin-und-weg

5 semanas sin volar - ¡sí!

Publicado: 10.11.2018

Niños, niños, tanto he montado en bicicleta en las últimas semanas que no lo había hecho en los últimos 30 años. Primero en las Seychelles, luego en Bagan en Myanmar y aquí en Tailandia también. Ahora puedo volver a hacerlo: en bicicletas con y sin marchas, en unas que me quedan demasiado pequeñas y en otras que me quedan un poco altas, en inestables y torcidas, en pesadas y ligeras. 

La bicicleta es nuestro medio de transporte diario de templo a templo. Para distancias más largas usamos autobuses, tuk-tuks y taxis Grab (algo como nuestro Uber). Ahora tenemos cinco semanas sin volar, y eso es agradable. Los largos vuelos y la espera eterna en aeropuertos climatizados y de alguna manera aislados del resto del mundo ya eran bastante molestos. Lo peor, por cierto, fue Uzbekistán: antes de hacer el check-in, no se puede conseguir ni algo de comer en Tashkent (salvo que quieras un Snickers de la máquina expendedora); después del check-in, al menos en la terminal de vuelos nacionales ofrecen comida uzbeka, mientras que en la internacional solo hay hamburguesas, y además malas. Prefiero los puestos de comida callejera alrededor de las estaciones de autobuses tailandesas o el tren nocturno de Bangkok a Chiang Mai, para el cual, por un lado, solo obtuvimos asientos (porque quisimos ser espontáneos y no reservamos semanas de antemano - eso es lo que pasa) y, por otro lado, hay vendedores ambulantes con varias delicias.

Allí en el tren también conocimos nuestro desayuno tailandés: al despertar, nuestros vecinos sacaron un palo de bambú, lo pelaron como un plátano y comieron el relleno que salió. También tuvimos que probarlo y nos pusimos a buscar. En el gran mercado de Chiang Mai lo encontramos. Como sabemos ahora, el relleno consiste en arroz glutinoso, coco y azúcar, a menudo con frijoles oscuros y a veces con sésamo (nuestra variante favorita) y todo esto se asa a la parrilla sobre carbón. Además, hay - al menos para nosotros - siempre una deliciosa fruta para el desayuno: frutas de serpiente (quizás un poco demasiado perfumadas), longan, piña, plátanos, frutas del dragón (¡oh sí!), papayas (no son del todo de nuestro gusto), remolacha (al menos eso creemos) y finalmente las incomparables jackfruits. Los tailandeses pueden hacer con toda esa fruta, un poco de verdura y un aderezo donde juega un papel la salsa de pescado, una ensalada de frutas maravillosamente fresca y (por supuesto) picante.

Respuesta

#weltreise#fliegen#flughafen#taschkent#usbekistan#thailand