Que no emprendí este viaje solo por el hecho de viajar, ya se insinuó en otro lugar. Quiero detenerme consciente y repetidamente, escuchar dentro de mí, sentir cuándo es apropiado sentir y reflexionar cuándo es necesario reflexionar. Quiero practicar la paciencia y el trato amoroso hacia mí mismo, también para poder estar presente de manera sincera y desde el fondo de mi corazón con otras personas.
Mientras aún estaba en Koh Samui (ahora estoy en Koh Phangan), hice la siguiente promesa en mi maravilloso compañero, mi diario:
'Me prometo a mí mismo en este momento - para la eternidad - siempre al menos intentar escuchar la voz de mi corazón, tener el valor de dejar que mi corazón me guíe. Quiero ver la vida desde la perspectiva de la abundancia, no desde la de la escasez. Mi vida está llena de cosas bellas, solo tengo que abrirme a ellas.'
Puede que suene muy dramático y ¿saben qué?... ¡Lo es! Porque es una promesa enorme. Durante mucho tiempo tuve el deseo, lo formulé en mis pensamientos muy suavemente como una promesa, escribirlo y tenerlo por escrito me asustaba y el momento real fue muy poderoso y emocional.
Desde mi perspectiva, requiere mucho coraje y confianza en el flujo de la vida, prestar atención a su corazón. Hay que estar dispuesto a reconocer los deseos del corazón, en lugar de las expectativas internalizadas del entorno. El corazón puede desear cosas sorprendentes, proponer cosas que dan miedo, ya que hay que salir de la zona de confort si se quieren llevar a cabo.
En última instancia, se trata de amor, de amar y ser amado, de amar las cosas que se hacen, a las personas que te rodean, a cada ser vivo (quizás un día incluso a los mosquitos), a la madre Tierra, a uno mismo. Se trata de sentirse amorosamente conectado con todas estas cosas y de estar en armonía consigo mismo y con la vida - y con todo lo que conlleva. Qué hermoso sería alcanzar este estado...
Un paso que trato de dar de manera consciente es el de pasar del pensamiento de escasez al pensamiento de abundancia. Cuánto me he compadecido, me he sentido maltratado, caigo una y otra vez en quejas porque esto no encaja y aquello no es suficiente. Eso envenena los pensamientos, el corazón, el alma, el entorno - consume una cantidad increíble de energía. ¿Por qué? Quizás porque es más fácil verse como una víctima, entonces otros son los culpables de la propia miseria. Sin embargo, es increíblemente liberador darse cuenta de que se pueden cambiar las cosas. Se puede tomar las riendas de la propia vida y disfrutar de todas las cosas que se presentan. Aquí en mi viaje, en los numerosos lugares maravillosos, no me resulta difícil. Será emocionante volver a la rutina, pero allí también la vida ofrece tantas cosas bellas, es simplemente una cuestión de perspectiva.