Publicado: 12.04.2018
El 02.04.2018 llegamos a la ciudad blanca de Arequipa. Este nombre se debe a los muchos edificios blancos de la época colonial española. También la catedral, que se extiende a lo largo de un lado de la Plaza de Armas, es completamente blanca. Además, alrededor de Arequipa hay muchas montañas y volcanes que alcanzan hasta 6000 metros, de los cuales la mayoría están cubiertos de nieve en la cima.
Nuestro grupo de viaje se había ampliado aquí el 03.04.2018, a 5 personas, porque Velina y Kiran de Paraguay se unieron a nosotros.
Juntos, al día siguiente, visitamos el monasterio de Santa Catalina, que tiene su propio barrio. También se dice que es una ciudad dentro de una ciudad. Como éramos menores de 21 años, solo tuvimos que pagar la mitad del precio y lo invertimos de inmediato en un guía. Era pequeña, venía de Perú y hablaba alemán fluido con un acento asiático. Hasta ahí todo bien. En el monasterio, vivieron hasta 200 monjas desde el siglo XVI, que tuvieron que quedarse allí por el resto de sus vidas. Hoy en día, todavía viven allí 20 monjas, aunque ya no bajo condiciones tan estrictas como antes, nos explicó nuestra guía. Se consideraba anteriormente un 'monasterio de lujo', por lo que sobre todo había mujeres españolas nobles o muy adineradas. Las calles dentro del área son muy bonitas, al igual que las pinturas y cuadros que aún cuelgan allí.
El jueves fuimos a hacer rafting en el río Chili cerca de Arequipa. Nos dieron ropa de protección, nos instruyeron y tuvimos que firmar que la gente no asumía responsabilidad por lesiones o nuestra muerte. Luego nos metimos en el helado río. Era bastante más rápido y salvaje que nuestro río de Hannover y tenía muchas piedras grandes en medio del cauce, por las que nuestro guía, en su mayoría, logró navegar bien. A excepción de una vez, donde nuestro bote se quedó atrapado un tiempo entre dos piedras. En situaciones difíciles, recibimos la orden 'Piso', lo que significaba que debíamos alejarnos lo más rápido posible del borde del bote y sentarnos.
El sábado temprano, a las 3:30 a.m., nos recogieron para la excursión al Cañón del Colca que habíamos reservado. Se considera el segundo cañón más profundo del mundo y como peculiaridad, allí vuelan muchos cóndores que actualmente están amenazados de extinción. Nuestro autobús paró en diferentes miradores para ver los volcanes circundantes, cóndores y llamas, donde tuvimos tiempo para tomar fotos. En el Cruz del Cóndor, los pájaros volaban sobre las multitudes de turistas y casi exclusivamente se dejaban llevar por las corrientes térmicas del cañón. Parecía casi como si los cóndores fueran vanidosos y disfrutaran de la admiración de la multitud.
El domingo por la mañana, continuamos en autobús hacia Puno, al lago Titicaca.
~Viktor