Publicado: 22.04.2018
En esta pequeña pero encantadora ciudad he pasado mi domingo por la tarde.
Aquí encontré la atmósfera típicamente nórdica y el encanto que tanto extraño en el centro de Oslo.
Pasear por la orilla, escuchar el grito de las gaviotas y el golpe de las olas...
Después de una hermosa caminata, me senté en una piedra, observé a dos pescadores que no habían tenido éxito y escribí poemas y pensamientos en mi cuadernito. Hice lo que en casa lamentablemente no me tomo el tiempo suficiente.