Es maravilloso. Me siento como Robinson Crusoe. La arena es blanca y fina, el agua es turquesa y clara. No hay alma humana y tampoco medusas. ¡Sí! Un sueño. Mi sueño.
Aquí en Bottle Beach hay exactamente cuatro establecimientos, de los cuales uno está cerrado por renovación. Como la temporada de lluvias en la costa este está a la vuelta de la esquina, es temporada baja y no hay nada en marcha. Así que puedo contar con una mano la cantidad de turistas con los que tengo que compartir la playa. Paso mi primer día en la playa, me dejo llevar y chapoteo en el mar. No puedo dejar de mirar y ni siquiera tengo ganas de leer. El hambre finalmente me obliga a ponerme de pie. El curry está delicioso y soy feliz.