Publicado: 13.07.2016
¡Los primeros 600 km están logrados! Cuando entramos por primera vez a nuestro lujoso ático (con ala, invernadero y 2 balcones) en el sur de Berlín, nos impresionó mucho al principio. Pero uno se acostumbra rápido y adapta sus circunstancias de vida. La consecuencia lógica de esto no fue brindar con la bebida del pueblo llano (cerveza), sino con champán, en nuestro balcón, al son de la encantadora 57ª Sonata de Beethoven de fondo. Más tarde esa noche, decidimos por razones económicas volver a la clásica currywurst berlinesa y cerveza. En retrospectiva, estamos contentos de haber explorado Berlín y no Washington, ya que de lo contrario solo estaríamos los dos. El tercero en el grupo 'estaría con su cara en el suelo', porque tuvo que vaciar su vejiga... en la calle... en Berlín... en el barrio gubernamental. Pero dado que estamos en Berlín, el amable guardia nos dejó escapar y ¡todavía estamos los tres!