Publicado: 20.06.2018
Este lunes, tras un desayuno habitual, regresamos a la obra poco después de las 7. Allí teníamos que corregir un pequeño error de la última vez. Al parecer, al instalar una lámpara, dañamos un cable en la pared, lo que causó un cortocircuito. Así que hoy tuvimos que abrir la pared y revisar los cables. Después de encontrar los cables rotos, los aislamos de nuevo con cinta aislante y luego reparé la pared. Después de la pausa para el almuerzo, Jakob y Lars recibieron una nueva tarea. Los dos debían llevar a un niño enfermo de Okaue a la clínica de Kalkfeld. Yo regresé a la obra. Allí había que instalar otra lámpara y volver a pintar la pared recién reparada. Una vez que se instaló la iluminación exterior, me dirigí al gallinero: allí había que reparar dos puertas del gallinero. Lars ya había conseguido arreglar una por la mañana, y yo debía terminar la segunda. Pero no avancé mucho, ya que pasé el tiempo hasta las 17:00 buscando herramientas adecuadas. El taller es un verdadero caos y las posibilidades de encontrar una llave inglesa adecuada son prácticamente nulas.
Por la noche cocinamos algo ligero antes de ir a la cama tras el partido de fútbol.