Después de Dijon, comenzó la ruta del vino (primero D122), que queríamos seguir. Nuestra primera parada en Chenôve no fue del todo exitosa: allí se puede visitar la bodega de los duques de Borgoña, pero lamentablemente solo abre en verano...
Así que seguimos por la carretera, que está rodeada de grandes viñedos.
Aquí se encuentra también el viñedo más antiguo de Borgoña, el Clos de Bèze, donde ya se cultivaba vino en el siglo VI.
Nuestra segunda parada fue en el Château du Clos de Vougeot, un área vitivinícola que anteriormente pertenecía a un monasterio y hoy pertenece a 85 viticultores. Allí tiene su sede la cooperativa vitivinícola 'Confrérie des Chevaliers du Tastevin' y opera un museo del vino que visitamos.