Singapur es un mundo en sí mismo. A pesar de la hora y media de retraso del vuelo y la prisa en el registro del hotel y el trayecto al restaurante porque nuestros amigos ya están esperando desde hace tiempo, me siento inmediatamente como en casa. No he estado en
Singapur por más de dos años, lo que se siente como una eternidad, considerando que en los últimos nueve años esta es mi séptima entrada en el estado de la ciudad. Pero alguien quiere ahogar nuestras vacaciones en lluvia. Primero, tenemos que recibir un tifón en Hangzhou y ahora los medios en Singapur titulan 'El noroeste de Singapur experimenta una de las mayores cantidades de precipitación diaria desde 1978'. Pero incluso las cantidades de lluvia esperadas no disminuyen mi fascinación por Singapur - y el buen humor de estar aquí. Descubro nuevos edificios y edificios viejos en nuevos colores. Junto a nuestro hotel se encuentra la Serangoon Road, que todavía está decorada festivamente por la celebración del Deepavali de la comunidad india. La mañana siguiente la pasamos horas con un asunto bancario, donde tenemos que ir a otra sucursal y finalmente tenemos que resolverlo al día siguiente. Lo tomo con calma. Al final, paseamos por los Gardens by the Bay y disfruto de este oasis verde de bienestar. Conozco la mayoría de los lugares en la enorme área de jardín, pero esta vez fui por primera vez al jardín 'Web of Life', donde hay figuras de animales recortadas en arbustos. El cielo está nublado y a veces llueve ligeramente, así que tengo que usar un nuevo filtro de fotos para que haya un poco de color en las imágenes. Por la tarde quiero visitar monumentos. Emerjo de la estación de metro más profunda de Singapur y... está lloviendo a cántaros. Espero la fuerte lluvia en un banco de madera. Después de que la lluvia se detiene, me levanto y quiero irme, pero por descuido me golpeo la espinilla contra el banco de madera y me dejo una herida. No, nadie me quitará el buen ánimo en Singapur, ni retrasos en los vuelos, ni el mal tiempo ni una pierna herida. Mientras tarareo una canción, camino por las calles de Singapur hacia mis visitas. Quizás he perdido algo de sangre, pero no mi buen humor.