Publicado: 15.01.2018
El 12 de enero de 2018 fue mi cumpleaños, el cual, por supuesto, debía celebrar con Tim y todos mis seres queridos. Así que rápidamente se convirtió en una fiesta de despedida con demasiada comida y algunas lágrimas. Naturalmente, nuestros amigos tenían algo planeado para nosotros. Habían preparado una presentación con todas nuestras paradas. Se trataba de la comida típica, lugares de interés y los Do's y Don'ts. Además, recibimos una y otra vez delicias típicas del país, como rollitos de primavera para Vietnam, un delicioso Caipirinha para Brasil y un bagel con crema de queso para Nueva York. Nos despedimos entonces con lágrimas y un corazón pesado. ¡Muchas gracias, ustedes son los mejores!
El sábado llegó y después de que todo se hubiera ordenado y estuviera fresco, comenzamos a empacar. Oh dios... ¿Qué se lleva para seis meses de viaje? Ni demasiado ni muy poco. Se dice tan fácil. Bueno, después de mucha deliberación, clasificaciones y reempaques, llegó el momento. La mochila estaba cerrada y claramente demasiado pesada con 14 kg. Así es, cuando tienes que estar preparado para cualquier eventualidad. De todos modos, ocurrirá esa eventualidad para la cual no estamos preparados 😢
Con 4 pantalones, un vestido, 2 tops, 3 camisetas, 3 pares de zapatos, 4 calzoncillos, 2 sujetadores, un saco de dormir, un aislante, una almohada y un montón de medicina, partimos el 14 de enero a las 8:30 a.m. hacia el aeropuerto de Zúrich. Después de 2 horas y media de viaje, llegamos al aeropuerto e hicimos el check-in. Mochila fuera, así que no hay vuelta atrás. Una última despedida de mi familia y mi novio con numerosas lágrimas y ya Tim y yo estábamos listos para nuestra aventura, codo a codo. Busca y encuentra. Ya estábamos en nuestra puerta de embarque y pasamos el tiempo esperando y limpiando las lágrimas por última vez, hasta que se dijo: “Hora de abordar”. Así que a subir al avión, abrochados y listos. Ahora estoy sentada en el avión, esperando algo de beber y mirando con un ojo riendo y con el otro llorando, así como con emoción, tensión y un poco de miedo hacia el futuro. Tim tiene los ojos cerrados y escucha música. Volamos ahora durante 5 horas y 40 minutos hacia Dubái y luego tenemos allí 6 horas de escala, hasta continuar hacia Hanói. Adjunto las últimas fotos.
PD: ¡Naima, sé buena con mamá! 😉