Publicado: 02.01.2017
¡La vida aquí en Lima es hermosa!
Pasamos unas vacaciones muy agradables y disfrutamos de la vida al máximo. Los días antes de Navidad los paso haciendo manualidades de regalos, pintando tarjetas y visitando mercados. En Nochebuena, fuimos invitados a casa de la familia donde vivimos. También había otras personas, y ese día, para Anna (la madre de la casa) compartir es lo más importante, lo cual me parece muy bonito. A medianoche, hubo cientos de fuegos artificiales afuera y todos se abrazaban deseándose una feliz Navidad. Después, había un enorme pavo y una mesa llena de delicias como arroz con aceitunas, puré de manzana, ensalada de fideos con trozos de piña, puré de camote y muchas otras cositas. Cuando terminamos con el festín, tuvimos un vaso de ron antes de caer exhaustos en la cama.
Disfruto del mucho tiempo que tengo aquí, me he convertido en pintora de mandalas y cada día hago un poco de deporte. A partir de la próxima semana, es hora de surfear. Puedo trabajar en una escuela de surf en la playa y a cambio mejorar mis habilidades de surf.
El nuevo año también se acerca y decidimos montarnos en nuestras bicicletas, pedalear hacia Barranco para deslizarnos al nuevo año. Dicho y hecho, al atardecer pedaleamos a lo largo del mar. De vez en cuando, hacemos una pequeña pausa para disfrutar de la vista a la lejanía. Ciclismo es toda una aventura en estas anchas calles con los coches a toda velocidad, pero bueno, la vista al mar lo hace todo mucho mejor. En Barranco, primero tomamos un par de cervezas en la plaza principal. Entre árboles de Navidad parpadeantes, imitaciones de Michael Jackson y bailarines de breakdance disfrutamos la noche. A la medianoche, nos dirigimos a la playa, donde ya se han reunido cientos de personas con tiendas, fogatas, bebidas y, por supuesto, un montón de fuegos artificiales. Junto a nuestras bicicletas nos sentamos en la arena y observamos el bullicio. La atmósfera es muy animada y se puede sentir cómo la energía fluye por todas partes. Nunca he experimentado algo tan cerca, tan ruidoso y con tantos fuegos artificiales a la vez. Estalla, brilla y chispea a nuestro alrededor y con buen ánimo, nos deslizamos al nuevo año. Detrás de nosotros, en la fogata, se les entregan los deseos al fuego y un joven galante también los rocía con un trago de ron: ¡así solo puede ser un gran año! ;-)
Desde hace unos días trabajo en una escuela de surf. Todos los días voy en bicicleta a Miraflores a la playa. Primero siempre surfeo una hora... de día en día me va mejor, pero debo decir, es como si nunca lo hubiera hecho antes. Pero bueno, en unos días más estaré surfeando las olas. Por lo demás, el día consiste en mirar al mar y si alguien viene a surfear, ¡preparar las tablas y los trajes de neopreno!
Constantemente se ve a la gente cayendo al agua, tablas volando por el agua, pero también hay personas que son muy hábiles y surfear las olas. ¡Estoy muy feliz de haber encontrado este 'trabajo'!!!
Con todo cariño desde Lima y ¡hasta pronto amigos! ;-)