Publicado: 13.10.2018
Justo un mes y una hora después, me dejaron de nuevo en la misma gasolinera donde me habían recogido. A las 8 de la mañana estaba en casa. Mi familia había horneado y decorado.
No me arrepiento de ni un solo día de mi viaje. Tampoco me arrepiento de haber estado con Fiona. Aunque el viaje fue más difícil por ella, gracias a mi perro, viví muchas situaciones que me enseñaron mucho. Y el camino de menor resistencia no siempre es el correcto para acumular valiosas experiencias.
Muchas gracias a todos los que se interesaron por mi viaje.
¡Buen Camino!