Publicado: 06.06.2019
El viaje desde el sur del país hasta el Lago Inle lo realizamos durante la noche en un autobús cama. Al llegar en la mañana, las temperaturas ya eran notablemente más frescas, ya que esta región se encuentra a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar, rodeada de montañas y campos de arroz.
En el lugar, exploramos la zona en bicicleta y con un paseo en barco por el lago, que tiene una profundidad media de solo medio metro. En la agenda estaba, entre otras cosas, la visita a una fábrica de cigarrillos y a un taller de tejido.
Continuamos el viaje en un tren turístico durante 200 km a través de la montaña y sobre rieles de la época colonial, lo que nos sacudió bastante. El viaje duró 11 horas, lo cual no fue una molestia, sino pura relajación, gracias al hermoso paisaje y a las numerosas paradas donde se nos ofreció una excelente comida.
Los últimos 160 km hacia el norte los hicimos en el tren expreso, que nos llevó a Mandalay en 3 horas. También aquí las ventanas y las puertas estaban continuamente abiertas, lo que para nosotros no representaba un riesgo de seguridad, sino más bien la posibilidad de fumar en el tren, algo impensable en Alemania :)