Publicado: 21.07.2021
Hizo mucho calor hoy todo el día. Ya en el empinado ascenso nos alegramos de cada ráfaga de viento. Al principio avanzamos muy bien, así que nuestra esperanza de una tarde libre era bastante alta. Pero no sabíamos lo que nos esperaba. Pues el último tercio de nuestra excursión de hoy se convirtió en una tortura. Tuvimos que preguntarnos varias veces si todavía estábamos en el sendero o nos habíamos convertido en caminantes de la jungla. Con un poco de suerte, logramos avanzar de cartel a cartel y la mejor sensación era descubrir una marca del sendero. De las esperadas 4.5 horas pronto pasamos a 5.5 horas y las indicaciones de distancia y altitud del sitio web deberían ser revisadas. Después de 19 km y más de 1000 metros de desnivel, Vera realmente logró, en los últimos cinco minutos, besar la zanja de la carretera. Así que tropezamos hacia nuestro BnB premium y buscamos la dulce tienda del pueblo. A diferencia de Manfred, tuvimos auténticos brotes de sudor cuando el viento y la sombra nos abandonaron. Manfred disfrutó de la aventura y de la vista. Incluso pudo volar con Anna y no sintió nada de nuestra fatiga. A las grandiosas 21 horas, Anna se dio cuenta de que ya no tenía ropa que no estuviera empapada de sudor y comenzó a lavar. Quién sabe si estas prendas volverán a secarse. Aparte de que deben ser usadas mañana.
Conclusión del día: ¡La paranoia de serpientes de Vera está muy presente cuando se oyen rustling al lado de los caminos en la hierba! Se cambia inmediatamente de lado de la carretera para protegerse de los ataques mortales. También son vitales las sombras y el viento FRÍO. Sin estos dos amables ayudantes, se siente como estar en un horno con calor inferior y superior.