Publicado: 09.02.2024
Amigos de la luz del sol.
Como ya se mencionó, nuestro próximo plan era continuar nuestro viaje hacia Koh Rong en Camboya. Para este viaje compramos un boleto que nos llevaría desde Koh Chang en un ferry rápido hasta la frontera de Camboya. Allí obtendríamos nuestro visado para luego trasladarnos a la isla Koh Rong. Ja ja ja... Mal pensado. El día de nuestra salida, un taxi nos recogió y nos llevó al muelle, desde donde también hubiera salido nuestro ferry. Allí nos dieron nuevamente coloridos adhesivos (esto es como una costumbre aquí) y debíamos esperar. Otro taxi nos recogió en silencio y nos llevó a la estación de ferries a través de la cual se puede acceder al continente. Pero ahí es donde no queríamos ir. Después de preguntar varias veces al taxista qué hacíamos allí, nos dijo que nuestro ferry real no saldría debido a que había muy poco agua en el puerto. Así que nos trasladamos al continente y esperamos el siguiente taxi, que debería llevarnos a un minibús. En el taxi conocimos a Lena y al extraño Reiner de Wuppertal, quienes también querían ir a Koh Rong y Camboya. Juntos fuimos transportados a un minibús, que nos llevó a la frontera de Camboya. Después de algunos rostros poco amigables y algún ir y venir en la frontera, finalmente nos trasladaron al siguiente minibús. Lena quería cambiar sus dólares a riel en la frontera, pero los camboyanos tienen alguna especie de problema con el dinero. Debido a un pequeño desgastes en el billete, no lo aceptaron, y de un cajero automático no había rastro. Subimos al autobús y a partir de ahí comenzó el peor viaje en autobús de nuestras vidas. La carretera en Camboya después de la frontera era un largo tramo en construcción que se prolongó por 5 horas. Durante ese tiempo, nuestro conductor de autobús manejaba como un loco sobre los baches y derrapaba en las curvas sobre la grava. Mientras tanto, al pasar por baches y golpes en la carretera, nos elevábamos tanto de nuestros asientos que nos golpeábamos la cabeza en el techo del autobús. En algún momento, estaba firmemente convencido de que nuestro conductor estaba realmente cansado de vivir. Tuvo que bajarse tres veces para mirar los neumáticos y comprobar la presión o ver si realmente había todos los neumáticos. El horrible autobús nos dejó en Pean Kay, en el puerto, donde fuimos recogidos por una lancha rápida. Después del agitado viaje en autobús, nuestros órganos sacudidos vieron esto como un cambio bienvenido. A estas alturas éramos 5 personas que querían ir a la isla Koh Rong, así que teníamos el bote casi para nosotros solos. El viaje en la lancha rápida hizo que el horrible viaje en autobús mejorara un poco. Disparar sobre el mar abierto al atardecer a alta velocidad fue realmente genial. En un hermoso atardecer cruzamos a un pequeño pueblo pesquero donde nos esperaba el siguiente taxi. Desgraciadamente, Lena tuvo la mala suerte de tener que ir a un resort a solas en la oscuridad con Reiner, al que no se podía llegar en coche ya que el camino consistía en un sendero a través de la jungla. Julian se sintió muy mal al respecto e intercambio números con Lena. Nos dejaron en la parte más al sur de la isla y llegamos exhaustos y muy tarde a nuestro hostel. La habitación era pequeña y incómoda, pero estaba bien para unos días.
Los siguientes dos días los pasamos principalmente tratando de entender el complicado sistema monetario de Camboya. A veces se paga con dólares, a veces se paga con riel. A veces se paga con riel y luego se recibe de vuelta en dólares y riel... Ah, no tengo idea, de alguna manera el grupo de viaje caos también resuelve este problema. En el segundo día alquilamos una moto y, como hasta ahora, recorrimos la isla una vez. De repente, al ver un cartel que decía “Lonely Beach”, decidimos visitar a Lena de manera espontánea. Para eso tuvimos que manejar por el sendero mencionado al principio a través de la jungla, lo que fue una aventura absoluta. Las playas de Koh Rong son de cuento de hadas, tan hermosas y en parte tan blancas que deslumbran cuando el sol brilla sobre ellas. El agua es cristalina y es casi imposible no maravillarse. Junto con Lena decidimos viajar más hacia la pequeña isla vecina, Koh Rong Sanloem, que hicimos al día siguiente... más sobre eso en la próxima publicación. 🌍
Saludos de parte de vuestro grupo de viaje caos.