Publicado: 16.07.2016
Después de un abundante desayuno, nos preparamos para la playa. Allí nos relajamos, leímos, charlamos, ...... y, por supuesto, nadamos. Las olas son relativamente altas gracias al viento constante y invitan a nadar y (romper) olas. Pronto subiremos al coche y buscaremos algo de comida en el histórico pueblo vecino de Aquileia (una antigua gran ciudad del Imperio Romano). Luego tenemos que empacar las mochilas. Mañana regresamos a casa. ¿Estará todavía en pie nuestro hogar? ;-)