Publicado: 16.12.2019
Ok, allá vamos. Desde nuestra puerta de casa hasta el hotel en Christchurch, estuvimos 36 horas viajando. Era mediodía aquí y para nosotros en realidad era la medianoche. ¿Qué se hace? Aguantar, estar mucho tiempo al aire libre, disfrutar del sol; en ningún caso sentarse, de lo contrario no te levantas más 😉. Luego caminamos a pie por Christchurch, una ciudad con más de 300,000 habitantes, y en cada esquina todavía se pueden ver las destrucciones del terremoto de 2011, pero se está reconstruyendo con determinación. Visitamos el jardín botánico, donde hay maravillosos árboles antiguos y, entre otras cosas, también hay una sección de Nueva Zelanda, donde descubrimos uno de los símbolos nacionales, el Silver Fern. Nos falta el Kiwi. Cenamos en el Little High Eatery, una maravillosa combinación de diferentes restaurantes. Sin embargo, a las 20:30 llegó el momento, no podíamos más y pudimos dormir.