Publicado: 03.02.2020
La llegada a Nueva Zelanda ha salido sorprendentemente bien con nuestros 2 pequeños hijos. Antes de que sucediera, (o solo yo como mamá) habíamos pensado más sobre lo agotador que podría resultar y cómo entretener a los niños durante tanto tiempo.
Desde Colonia tomamos el tren a Frankfurt. Llevábamos muchas cosas: una enorme maleta de tablas, 2 maletas de viaje, 2 mochilas, un transportín para Mattis y un portabebés para Lea. Pero gracias a los fantásticos carritos en el aeropuerto, que estaban justo en la vía del tren, nos facilitaron inicialmente el transporte. Sin embargo, tuvimos que tomar el tren elevado Skytrain al otro terminal, donde no se permiten esos carritos. Ahí empezamos a sudar un poco. También nos hizo sudar Mattis, quien con mucho entusiasmo quería jugar a la