Publicado: 25.02.2022
El 14 de febrero comenzamos nuestro viaje desde Karlsruhe hacia el sur de Francia. No es nada fácil planificar una ruta sensata, ya que pocos lugares están abiertos en esta época. Así que, como resultado, nos encontramos con algunas sorpresas. Nuestro primer destino es el camping Domaine De Longemer en Xonrupt. Cuanto más avanzamos hacia las montañas, más nos damos cuenta de que podríamos terminar en la nieve. Al llegar, tenemos que darnos cuenta de que será un día de camping invernal. El clima ha dejado huellas en el lugar y hay momentos en que simplemente es un gigantesco lodazal. Las temperaturas caen por debajo de cero y no estamos bien equipados para la nieve y el frío. Pero por suerte, solo nos quedamos una noche y simplemente esperamos que podamos sacar el auto y a Polly del barro sin problemas. Para colmo, al día siguiente comienza a nevar y a llover. Y lamentablemente, parece que Polly ya no es completamente impermeable y el agua está buscando su camino a través de nuestra ventana trasera. Nos lleva un poco más de tiempo llegar al siguiente lugar, ya que la nieve más tarde se convierte en lluvia constante y lluvia intensa.
Después de un largo viaje y mucha lluvia, llegamos al Camping Des 2 Rives. Por una vez, somos recibidos en alemán y disfrutamos al menos de unas pocas horas en las que no llueve y podemos pasar un rato al aire libre. A la mañana siguiente, todo está de nuevo bajo el agua y esperamos que podamos sacar el auto y a Polly sin daños del lugar. Un camper ya ha tenido que ser remolcado de un prado. Continuamos nuestro camino hacia el sur.
La próxima parada es nuevamente en las montañas. Pero gracias a Dios, sin nieve, pero, cómo no, con lluvia constante. Nos registramos en el Camping Le Mpulin du Teinturier en Saint-Martin-Valmeroux. Aquí somos los únicos campistas. Poco a poco el clima empieza a volverse agotador. Pero pronto, esperamos llegar al sur. A la mañana siguiente, nos damos cuenta con asombro de que no está tan lejos del mar. El trayecto hasta allí es hermosamente a través de las montañas, pasando por pequeñas ciudades medievales y desfiladeros entre las montañas, hasta que pronto vemos el mar y comenzamos a sudar con el suéter puesto.