Publicado: 23.12.2018
Por la noche llegamos a Waitomo y primero compramos boletos para las excursiones de la cueva para el día siguiente. Pasamos la noche gratis en el estacionamiento del restaurante Roselands, donde también comimos un típico (?) guiso de carne.
Uno de nosotros se atrevió por la mañana a hacer una excursión de rafting en aguas negras a través del curso subterráneo del río en la cueva de Ruakuri. Se navegó en una llanta de goma a través del río y pequeñas cascadas. En el techo de la cueva ya se podían ver los primeros bichos luminosos. Después de la excursión de tres horas a través del agua fría, tuvimos una sopa caliente para calentar.
Luego visitamos la cueva más famosa, que se promociona como la Cueva de los Glühwürmchen de Waitomo. Además de sus altas salas y formaciones impresionantes, pudimos ver durante un paseo en bote en la oscuridad los glühwürmchen neozelandeses en el techo.
Más tarde vimos aún más glühwürmchen en la cueva de Ruakuri, donde también hicimos un recorrido guiado. Allí también se podía tomar fotografías.
Glühwürmchen en la cueva de Ruakari
Estos glühwürmchen en realidad no son lo que entendemos como glühwürmchen, sino las larvas de una mosca (aunque eso no suena tan bien en la publicidad, por eso las cuevas se llaman cuevas de glühwürmchen).
Glühwürmchen con hilos a la luz
Las larvas cuelgan del techo y quieren atraer insectos con su brillo. Estos quedan atrapados en los hilos pegajosos que emanan de la larva, y así esta tiene comida a la mano. La larva los atrae hacia sí y luego succiona a su presa. Según National Geographic, el proceso de succión de un glühwürmchen se encuentra entre las 10 maneras más terribles de morir...
Después de 8 a 9 meses, la larva se convierte en pupa, de la cual finalmente emergirá la mosca, que se apareará y pondrá nuevos huevos. Para ello no tiene mucho tiempo, ya que no posee piezas bucales. Como no puede alimentarse, muere de hambre después de unos cuatro días...
Además de los glühwürmchen, las cuevas y formaciones de piedra caliza formadas por la erosión eran especialmente impresionantes. Gigantescas estalactitas y estalagmitas, algunas de las cuales pesan más de cinco toneladas, se pudieron observar en las dos cuevas mencionadas y en la cueva Aranui, que también visitamos. En la cueva de Ruakari también había algunos fósiles bien conservados en la piedra caliza.
Después de haber pasado el día bajo tierra, al final hicimos una corta caminata por un bosque húmedo junto a un arroyo con helechos y mucho musgo.
Aquí también había cuevas y túneles naturales que se podían explorar caminando.