Por la mañana paseamos por los jardines botánicos, uno de los parques públicos más antiguos de Australia, que con sus amplias áreas verdes y muchos senderos atrae tanto a locales como a turistas.
De ahí nos dirigimos a la ópera, que queríamos ver también por dentro después de las vistas desde el agua de ayer.
Para eso habíamos reservado la visita guiada en alemán, ya que en la ópera solo puedes ir al baño gratis, como nos explicó más tarde nuestra guía turística. Con la visita, sin embargo, también pudimos entrar a las salas de presentaciones y al vestíbulo, y además nos contaron un poco sobre la historia del edificio.