Publicado: 11.07.2016
Nuestro despertador bípedo, llamado Aaron, sonó a las cinco y media. A las siete, la noche ya estaba definitivamente acabada y se comenzaron a empacar las maletas. Fui a comprar el desayuno alrededor de las nueve en la tienda Deli de la esquina y caminé por calles desiertas. Al principio temí que se había desatado la apocalipsis y que en el siguiente momento aparecerían zombis, pero parece que los bostonianos simplemente disfrutan de dormir hasta tarde los domingos.
Después de un abundante desayuno, tomé un taxi hacia el aeropuerto para recoger el Chevy Tahoe reservado. Sin embargo, aquí hubo una decepción inicial: ¡no había Chevy, tuvimos que conformarnos con un Toyota! ¡Un bol de arroz! En la tierra de Ford, Chevrolet y GMC! Pero como no se reservó un vehículo específico, sino una categoría de vehículos, la protesta fue inútil.
En el aparcamiento, la decepción dio paso a la emoción. ¡El bol de arroz resultó ser un Toyota Sequoia con motor V8 y 5.7 litros de cilindrada! El interior es tan espacioso que tengo que llamar a Nicole por teléfono para hablar con ella mientras conduzco. Además, el vehículo tiene un enganche de remolque para llevar el tanque de gasolina detrás...
El viaje a través de las localidades costeras de Massachusetts y New Hampshire se hizo bajo una llovizna. Los lugares estaban completamente llenos y solo se podían atravesar en un vaivén. Después del encantador pueblo de Ogunquit, perdimos los nervios y tomamos la interestatal en dirección a Freeport, nuestro próximo destino.
El Holiday Inn Express reservado fue visitado brevemente, y luego nos dirigimos a la catedral del consumo, el pueblo de Outlet de Freeport. Todo el lugar consiste únicamente en tiendas de outlet de diversas marcas, desde Tommy Hilfiger hasta L.L.Bean y Northface.
Por todas partes se ven chicas y mujeres alegres y sonrientes, seguidas por hombres deprimidos, sobrecargados de paquetes. Sobre el pueblo hay un aroma a plástico quemado, que surge cuando las tarjetas de crédito son deslizadas rápidamente por las cajas registradoras.
Por supuesto, nos adaptamos a las costumbres locales (ya saben: cuando estés en Roma, haz como los romanos) y nos dedicamos a comprar con entusiasmo.
También nos llegaba la noticia de que los futbolistas de la liga local del FC Ronaldo se habían convertido en campeones de Europa. ¡Un brindis por el fútbol europeo!
Esta noticia tendremos que asimilarla esta noche...