Publicado: 15.06.2017
Mientras la mayoría del coro pudo dormir y desayunar tranquilamente con sus familias anfitrionas, alrededor de diez de nosotros tuvimos una clase doble de química con el Sr. Hepfer a las 07:30. Durante esta clase, tuvimos la oportunidad de revisar la ley de acción de masas y el principio de Le Chatelier, y el Sr. Hepfer nos involucró en la lección en varias ocasiones.
Aunque sabíamos que nuestras hermanas y hermanos anfitriones asisten a un gimnasio alemán, siempre nos sorprendía lo bien que se expresaban y lo fluidos que podían hablar.
El Gimnasio Galabov cuenta entre las escuelas de élite de Bulgaria, donde la educación se toma muy en serio. A partir del octavo grado, se puede asistir al gimnasio. Cada año, alrededor de 4000 estudiantes postulan, pero solo aproximadamente 200 son aceptados.
A las 09:00, todo el coro se dirigió al teatro en Sofía. En el edificio contiguo se llevó a cabo un ensayo de aproximadamente 2 horas y media. Primero se aclararon algunos temas organizativos, y luego el Sr. Hepfer y la profesora de matemáticas búlgara (que, a pesar de todo, podía hablar alemán sin acento) la Sra. Tsaneva nos dieron una cálida bienvenida. En este punto, queremos agradecerles sinceramente a ambos por la excelente organización.
Junto a la Sra. Tsaneva, aprendimos la pronunciación correcta de las piezas búlgaras, que íbamos a interpretar esa noche con el coro del gimnasio. Después de aproximadamente una hora de ensayo, el coro se unió a nosotros y ensayamos juntos las dos obras búlgaras y nuestras piezas de repertorio 'Happy' y 'We Are the World'.
Después, ofrecimos una pequeña actuación musical en las escaleras frente al teatro. Luego, marchamos en un largo recorrido hacia la escuela de música de Sofía, donde se llevaría a cabo el concierto esa noche y pudimos cambiar nuestra vestimenta de concierto.
Cada uno pasó la soleada tarde de manera individual en el centro de Sofía junto con los estudiantes búlgaros.
A las 17:30, nos reunimos nuevamente en la escuela de música para prepararnos para el concierto. Este comenzó una hora después y fue un gran éxito. Nos divertimos mucho cantando junto al coro del Gimnasio Galabov, y nuestro esfuerzo de ensayo fue recompensado con ovaciones de pie.
Después del concierto, todos juntos fuimos a un restaurante tradicional búlgaro, donde había comida típica búlgara, así como música y danza. Todos nos divertimos muchísimo tratando de no frustrarnos al intentar seguir los complejos pasos de los bailes.
¡Fue una noche muy exitosa y al mismo tiempo el cierre de nuestra estancia en Bulgaria!