Publicado: 24.05.2017
Un autobús nocturno nos lleva de Puerto Escondido por una carretera asfaltada, aunque muy sinuosa, hacia Chiapas, el estado vecino de Oaxaca. Nuestro destino, San Cristóbal de las Casas, se encuentra en las tierras altas centrales de Chiapas. Al igual que la capital de México, el pueblo está a más de 2000 metros sobre el nivel del mar.
Como la ciudad de Oaxaca, San Cristóbal cuenta con una arquitectura colonial bien conservada y digna de ver. Sin embargo, son los habitantes del lugar quienes le otorgan su encanto especial. Principalmente viven aquí los Tzotziles y los Tzeltales, que pertenecen a los mayas. En particular, la lengua tzotzil es común en San Cristóbal.
Después de nuestra llegada, desayunamos los tradicionales tamales, un tipo de pastel de maíz que se cocina en una hoja de maíz. Luego paseamos por la ciudad y nos dejamos llevar un poco. Además de los mayas, también se han establecido aquí algunos artistas y hippies... lo cual siempre es bueno para la oferta gastronómica vegetariana y vegana de una ciudad 😘. Junto a las coloridas casas y los trajes coloridos de las mujeres, el mercado es una vez más un punto destacado. Pocos viajeros se aventuran aquí. Nuestro mejor hallazgo hasta ahora: 5 mangos por 25 centavos. Sin regatear, precio normal porque es temporada de mangos. 1 euro por 8 aguacates pequeños tampoco está mal. No lo habría creído posible, pero lentamente no podemos más con los aguacates, ¿quién lo hubiera pensado? 😆 Un verdadero deleite para los ojos son las artesanías de las mujeres indígenas. Si tuviera espacio en la mochila, ya tendría al menos 5 camisetas nuevas, 3 bufandas nuevas y alguna que otra bolsa. Pero el espacio escasea, así que solo puedo mirar y mantenerme firme. No son tan tentadores los pollos aún vivos, que podrían terminar en el plato, pero seguramente también deberán servir como ofrendas para las deidades mayas.
Aquí en Chiapas y probablemente también en Oaxaca, las tradiciones y costumbres indígenas se viven y preservan con mayor intensidad. En el norte de México, las cosas son diferentes... influenciadas por los EE. UU., con las típicas grandes cadenas, etc. Aunque aquí también hemos visto indios bebiendo Coca Cola y con teléfonos inteligentes, la tendencia es clara 😉. Aquí se valora más la agricultura orgánica local y el comercio justo. Se puede ver en todas las pequeñas tiendas y cooperativas indígenas. Aquí en Chiapas también nació el movimiento revolucionario de los zapatistas, que lucha por los derechos de los indígenas. En los alrededores montañosos de San Cristóbal, debería haber comunidades bastante originales que incluso viven sin dinero y de manera autosuficiente. Pero no sabemos si esto es realmente cierto...
En San Cristóbal, participamos por primera vez en un Free Walking Tour. Es prácticamente un recorrido por la ciudad basado en donaciones con una persona del lugar, que te muestra los lugares destacados desde su perspectiva. ¡También probamos delicioso café de la región y un espectacular licor de chocolate! También visitamos un proyecto de arte y cultura. Así que estuvo bastante bien en general, ¡y realmente nos gustó mucho San Cristóbal!
Después de terminar nuestro curso de surf con bastante dolor en el cuerpo 😊, nos ponemos en camino en un autobús nocturno hacia San Cristóbal de las Casas, una pequeña ciudad situada en el estado de Chiapas. La arquitectura de la ciudad tiene un bonito estilo colonial con muchos colores, y de alguna manera se asemeja a la ciudad de Oaxaca, que visitamos hace una semana.
Pero lo que más llama la atención es lo presente que está la cultura prehispánica por aquí. Se escucha mucho en la calle la lengua tzotzil y tzeltal, los dos pueblos mayas que viven en esta región, y muchos, sobre todo las mujeres, se visten en su día a día con sus trajes tradicionales. Además, está muy presente el espíritu revolucionario zapatista, tanto en murales por la calle como en las pequeñas tiendas que inundan la ciudad. La ciudad también es bastante turística, pero creo que ha sabido conservar su encanto.
Lo que más nos ha gustado ha sido su mercado, lleno de gente y puestecillos de todo tipo y ningún turista, lo que te hace sentir que estás viviendo una experiencia muy auténtica. Además, la comida aquí es súper barata y como es temporada de mangos, casi que los regalan, a aproximadamente 1 peso la unidad (20 pesos son 1€). Y no pensaba que diría esto nunca, pero ¡ya estamos un poco hartos de comer aguacates! También hay muchísimos puestos de ropa, artesanía y bisutería regional, donde nos habríamos comprado alguna cosita si hubiéramos tenido espacio en las mochilas 😂.
El segundo día aquí decidimos hacer un free tour por San Cristóbal, y ha sido un poco largo pero bastante chulo. Nos ha guiado un chico llamado Claudio, y nos ha enseñado rincones bastante curiosos y algo escondidos de aquí. Nos ha llevado a galerías de arte locales, a catas de café (que debo decir que me ha sabido muy bien siendo yo nada cafetero) y de licores.
Ahora nos dirigimos a Palenque, donde queremos ver unas ruinas mayas que dicen ser muy interesantes y bonitas!