Publicado: 30.03.2023
El título lo dice todo. Nos quedamos en casa y nos sentamos frente a la chimenea crepitante. Todos estaban felices, solo Heike estaba un poco tensa. Porque contaba con que podría colgar la ropa que había puesto en la máquina por la noche para que se secara por la mañana. Pero el clima arruinó sus planes. Así que Heike estaba en ascuas y esperaba que saliera el sol, que lamentablemente no apareció ese día.
Desafortunadamente, para desdicha de Christian, volvieron los gatos. Flora ya los había adiestrado tanto que venían corriendo al silbido. Al final, tuvimos tres platos diferentes para los gatos. Uno con comida para gatos, otro con atún y el último con lasaña. Todo bien separado.
Dado que a los niños no les bastaban los dos gatos, que ahora eran nuestros compañeros de casa, fueron a la vecina. Ella es panadera y hornea panecillos y pasteles en su sala de estar. Allí viven algunos gatos y perros. La mujer ya nos había cautivado las últimas veces. Ella pasa todo el tiempo en su sala de estar horneando. De vez en cuando vienen clientes. Con ellos charla un poco mientras alimenta a sus 10 gatos, 5 perros y numerosos pollos. Mientras tanto, el televisor está encendido con música suave.
Cerramos la noche con un audiolibro de TKKG.