Publicado: 10.04.2019
Después de solo 4 horas de viaje en autobús, llegué de un tranquilo Delta del Mekong a la bulliciosa Saigón, en realidad a la ciudad Ho-Chi-Minh. Aquí parece que hay aún más motos cruzando y recorriendo las calles que en otras ciudades. Mi hostal se encuentra justo en la zona de fiesta de los mochileros, donde cada noche se desata la locura habitual.
Para mí, sin embargo, lo más importante era el aspecto histórico. En el Museo de los Restos de la Guerra se presenta de manera muy ilustrativa y cautivadora la Guerra de Vietnam, no solo el transcurso del conflicto, sino también las consecuencias posteriores del Agente Naranja. Muy recomendable.
Además, hice una visita guiada a los túneles de Cu Chi, situados a las afueras de Saigón. Este enorme sistema de túneles fue utilizado por los Viet Cong, entre otros, como refugio durante la Guerra de Vietnam. En algunos lugares se formaron verdaderas ciudades con escuelas y hospitales subterráneos. Al principio, se puede ver una antigua película de propaganda de los vietnamitas sobre los túneles. Por mucho dinero, también se pueden realizar disparos de prueba con armas originales de la guerra. Pero, por supuesto, lo más destacado son los túneles: hay un tramo de 100 metros, ampliado especialmente para los turistas, por el que se puede avanzar agachado y de rodillas. Personalmente, me dan miedo los espacios tan pequeños; aunque entré al túnel, después de 20 metros decidí salir, ya que es muy angustiante estar allí abajo. Y los Viet Cong realmente vivieron allí durante años...
Quien esté interesado en la Guerra de Vietnam debería ver la documentación en Netflix.