Publicado: 15.10.2018
En nuestro plan de hoy estaban el Museo Nacional y el Palacio Real de Phnom Penh.
Empezamos en el Museo Nacional, que ya nos impresionó con su fachada roja y que por sí solo es único desde el punto de vista arquitectónico para esta ciudad.
Después de una breve pausa en el patio del museo, nos dirigimos al Palacio Real. Como siempre ocurre con los edificios importantes aquí, también este es una exhibición de riqueza y poder, mostrando un lado diferente de este país tan pobre y sencillo. No obstante, como siempre, fue increíblemente impresionante ver cuán detallado fue el trabajo y cuán diferente es la arquitectura de la nuestra. También aquí, por supuesto, había un templo que contenía un decorado impresionante y muebles de la propiedad privada del rey.
Se le rinde mucho respeto al rey en Camboya, aunque ya no tiene un verdadero poder. Este recae en el gobierno de Camboya, pero este tampoco está disponible para su población, como nos comentó un residente en una conversación. No puede expresar su opinión ni oponerse, de lo contrario, iría a la cárcel. Inconcebible para nosotros en Europa, lo que resalta lo bien que es vivir en Alemania.
Mañana iremos a los Campos de la Muerte y a un Museo Conmemorativo del genocidio de los Khmer Rouge, seguramente una experiencia perturbadora.