Publicado: 16.06.2023
A las cuatro en punto sonó el despertador. Ya era el segundo día consecutivo, ya que en realidad queríamos hacer esta excursión ayer, pero había llovido extremadamente fuerte toda la noche. Nada inusual para esta época del año, ya que aquí comienza la temporada de lluvias. Por esta razón, nos dimos la vuelta y seguimos durmiendo. ¡Hoy era el día!
Levantarse, cepillarse los dientes, aplicarse protector solar, empacar las cosas de natación en la mochila de día y ¡a la moto y rumbo a Oslob! Cuando salimos, aún estaba oscuro. Era hermoso ver cómo los pequeños pueblos y aldeas, por los que pasamos en nuestro viaje de una hora, estaban despertando. La gente se lavaba afuera frente a sus cabañas, las calles se barrían y los primeros puestos del mercado se abrían. Durante el viaje, se hizo de día, sin embargo, no pudimos ver el amanecer porque llovía ligeramente y las nubes estaban bajas.
Arribamos a Oslob a las 5:30. A pesar de la hora temprana, ya había mucho ambiente. El estacionamiento estaba lleno de minibuses y en la fila había muchos grupos de turistas. Aunque había tanta actividad, todo avanzó rápidamente y solo tuvimos que esperar una hora. Esperas de tres a cuatro horas no son nada inusual aquí. Durante la espera, cada pocos minutos se repetían las reglas de comportamiento a través de altavoces.
Reglas:
- Mantener una distancia de 5 metros de la cabeza y 6 metros de la cola.
- Se permiten fotos, pero sin flash.
- El protector solar debe ser lavado. Para esto hay duchas (en nuestro caso, la lluvia se encargó de eso 😉).
- Los animales no deben ser tocados.
- Si los animales nadan hacia uno, no se debe reaccionar de manera desesperada, sino dejar que pasen.
- No saltar del barco al agua, sino deslizarse hacia adentro.
Finalmente, se llamó el número 87, nuestro número de espera, y pudimos subir al barco 😁. ¡La anticipación era enorme! Ya podíamos ver a los tiburones ballena desde el barco. Una vez que estuvimos en el agua, incluso dejó de llover. En particular, la regla de distancia no se pudo mantener en el agua, ya que los tiburones ballena se acercaban mucho a nosotros. Madlin incluso fue tocada dos veces por los animales. Al principio, era una sensación extraña que esos grandes animales nadaran hacia uno, pero esa sensación se disipó rápidamente. Los tiburones ballena medían hasta 13 metros de largo y pesaban hasta 12 toneladas. A pesar de su gran tamaño, estos animales irradian una paz increíble. Las muchas personas en el agua aparentemente no los molestaban ni los ponían nerviosos. Además, los movimientos eran muy suaves, así que el contacto no dolía, sino que era más bien suave. En la parte superior, los tiburones ballena tienen un patrón individual de puntos y rayas. El patrón de cada uno de estos animales es tan único que permite su identificación, como una huella dactilar.
Nadar y hacer snorkel con estos gigantescos seres vivos fue una experiencia indescriptiblemente hermosa y fascinante. ¡La experiencia más hermosa que hemos tenido en nuestro viaje hasta ahora!