Publicado: 16.11.2023
Después de nuestro inolvidable safari, el lunes de la semana pasada tomamos el tren de Nairobi a Mombasa. El viaje en tren fue muy agradable y ¡la Deutsche Bahn debería aprender una gran lección! Durante nuestro viaje de seis horas de Nairobi a Mombasa, el tren fue limpiado regularmente y los baños fueron desinfectados. Además, hubo un buen servicio y tanto la salida como la llegada fueron puntuales. Solo hay que planear más tiempo para el traslado a la estación, ya que los controles de seguridad son muy exhaustivos. En total, el equipaje fue revisado tres veces y controlado por perros detectores de drogas y explosivos. Aquí tuvimos que pagar un soborno por primera vez desde que comenzamos nuestro viaje por el mundo: ¡nuestro cuchillo de bolsillo no estaba permitido en el tren!
Al llegar a Mombasa, ya nos estaba esperando nuestro transporte, que nos llevó a nuestro alojamiento en la playa de Diani. Aquí habíamos alquilado a través de Airbnb una pequeña villa con dos dormitorios, dos baños y una piscina. Durante la planificación, Dieter se impuso y decidió que reserváramos la villa con un chef incluido. Esto hizo que nuestra estadía se pareciera a un paquete de todo incluido. Además de nuestro chef, Hamisi, quien nos preparaba cada día un delicioso desayuno y especialidades africanas para cenar, también estaba Irene, la ama de llaves, que limpiaba nuestra habitación diariamente y lavaba nuestra ropa. Además, había un jardinero que limpiaba la piscina todos los días y nos dejaba toallas de baño frescas en las tumbonas.
Los nueve días en nuestra villa los pasamos principalmente en la piscina y en la playa. En la playa siempre íbamos al Pallet-Café. Estaba un poco apartado y era muy tranquilo. Lo especial de este café es que personas con discapacidad auditiva cocinan y atienden. Para facilitar la comunicación de ambas partes, en el menú se ilustran signos básicos. Además, hicimos una excursión con Hamisi a un mercado local. Allí, Andrea y Madlin compraron ropa africana gracias a Dieter. Además, en otro día salimos nuevamente en grupo de cuatro para comprar souvenirs y frutas y verduras locales. Luego, Dieter y Andrea montaron en TukTuk por primera vez en su vida y se divirtieron mucho.
El tiempo juntos pasó volando y mañana los dos regresan a casa.