Publicado: 24.02.2020
23.02.2020 Cienfuegos
Antes de abandonar la casa de huéspedes, paseamos por la playa, vemos tramos de playa rastrillados y las palmeras de coco que se alzan en la orilla. Aquí debemos mantener siempre una distancia adecuada, ya que a nivel mundial mueren más personas por cocos que caen que por ataques de cocodrilos o tiburones. Resulta curioso el orgulloso propietario cubano de un automóvil que pule su clásico cerca de la playa.
Aún más notables son los pequeños búnkeres de protección, con troneras, en la playa, que debieron existir antes de la invasión de los exiliados cubanos en 1961. Hemos visto cientos de tales estructuras en Albania. ¿Acaso Fidel se inspiró en Enver Hoxha, el entonces líder del Partido Albanés? Y así se entiende también el dicho: aprender de Albania es aprender a vencer. (Solo que en la RDA se decía: aprender de la Unión Soviética es aprender a vencer)
Para llegar al siguiente lugar, Cienfuegos, solo se necesita una buena hora de viaje. Primero por la costa, aún junto a la Bahía de los Cochinos y luego a través de la tierra boscosa.
Cerca de la ciudad de 123,000 habitantes se encuentra la ruina de la única planta nuclear que, por falta de divisas, no se terminó.
Hoy es domingo y parece que al menos la mitad de los residentes deambulan por las calles y plazas, se sientan en los parques, escuchan música o rugen en sus ruidosos scooters por el pueblo.
Por primera vez no podemos entrar de inmediato a nuestra habitación de hotel, así que exploramos el lugar, quedándonos a veces aquí y allá, observando el bullicio. Son notables los hombres con sobrepeso y las mujeres tonificadas en atuendos muy ajustados.