Publicado: 16.03.2018
Si no fuera tan triste, podría resultar gracioso. Desde hace varios días estoy intentando acercarle a Isaac la letra „m“ de tal manera que la recuerde al día siguiente. „Isaac, ¿qué letra es esta?“ - „¿La „i“?“ - Y luego empieza a repetir otras letras que ya ha escuchado una vez. Ni siquiera puede recordarla por dos minutos. Como Luis también se ha quedado sin ideas, hoy he retrocedido unos pasos. En el cuaderno de Isaac ahora están escritas en letras gigantes las sílabas ma, me, mi, mo, mu. Tiene que trazar la „m“ con bolitas rojas de papel crepé, es decir, pegarlas, y las vocales con amarillas. De vez en cuando no puedo evitar preguntarle sobre estas pocas letras. ¡En algún momento debería poder recordarlas! Pero él solo acierta por casualidad. Necesitaría ayuda profesional, no mis torpes intentos como profesor asistente. Estoy frustrado, aunque Isaac no parece estarlo en absoluto.
Mañana temprano me voy hacia el norte, a Matagalpa. ¡Durante el día solo 27 grados a la sombra!