Publicado: 13.11.2017
Antes de que se me olvide: el concierto de anoche fue un fiasco. Maggie y yo fuimos los primeros visitantes y decidimos observar el desarrollo de la afluencia en el café de enfrente. No notamos a nadie. Quizás también tuvo que ver con la cerveza que, excepcionalmente, bebí (Victoria "Frost". ¡Deliciosa!). Un poco más tarde, los sonidos de baladas románticas como "Smoke on the water" llegaron hasta nosotros. Me parece bonito darles a las bandas de estudiantes la oportunidad de presentarse en público. ¿Cómo se supone que van a adquirir experiencia de otra manera? Aún así, fue una noche agradable con Maggie.
Tengo un poco de pretensión cultural, así que hoy fui al Museo San Francisco. Este alberga un total de cinco museos. Uno de arquitectura colonial, uno de cultura habitacional colonial, uno de tradiciones cristianas o algo así, uno de artesanías tradicionales y uno que no recuerdo. Terminé en una hora. Los museos aquí son de alguna manera... simples. No sé cómo describirlo. A menudo, solo hay, por ejemplo, reproducciones o fotos de pinturas. Están colgadas torcidas en la pared y el marco está cubierto de polvo. O se representan escenas de épocas pasadas con horribles maniquíes con ojos pintados y disfraces mal ajustados. Los muñecos ni siquiera se parecen un poquito a nicaragüenses, más bien como de una película de terror de los años 30.
¡Ayer recibí mi cuarto comentario en mi blog! No estoy seguro de quién es. A él le parece bueno. Seguramente no podré dormir esta noche.
Sobre las fotos:
Aquí las cosas todavía tienen valor, no como en nuestra sociedad de consumo y desperdicio. Una bicicleta recibe dos fuertes candados, incluso si ya está bastante vieja. Aquí se utiliza todo, hasta que el más ingenioso nica no puede repararlo. De alguna manera es simpático.
Cuando ya no hay espacio en las líneas de secado, la ropa se extiende en el techo y en todos los parapetos, escalones, etc.
Y por último: pintura naïf contemporánea nicaragüense del museo.
¡Buenas noches!