Publicado: 02.04.2019
Aún en la tarde del mismo día en que escalamos el Templo de la Cueva del Tigre y nos zambullimos en la multitud de las piscinas esmeralda, visitamos el mercado nocturno de Krabi. Para ello, ya nos habíamos registrado por la mañana en la recepción de nuestro hotel para un taxi compartido que nos recogería puntualmente a las 6 p.m. Recogemos a algunas personas más y partimos hacia el mercado nocturno. En el camino, comienza a llover intensamente. Pero no hay motivo de preocupación. Al llegar, ya ha pasado - como suele suceder en Tailandia. En un momento llueve a cántaros, y al siguiente todo ha terminado, solo la humedad del aire es más insoportable que de costumbre.
También la búsqueda de estacionamiento resulta - al menos para nosotros los occidentales - interesante. Estamos apretados por todos lados hasta que finalmente encajamos. Pero eso tampoco es nuevo aquí. Ahora solo tenemos que recordar dónde está aparcado el furgón, para poder encontrarnos nuevamente a las 9 p.m. en el mismo lugar. El mercado está justo enfrente. ¡Así que, a la multitud! Apenas ingresamos al mercado, somos casi abrumados por todas las impresiones. Sonidos extraños, olores peculiares, muchas personas y calor. También se puede comprar todo tipo de baratijas y souvenirs, pero en realidad venimos aquí solo por la comida. Para ser honestos, hoy estamos aquí por una sola razón: para llenarnos los estómagos. Y eso es lo que hacemos. Probamos todo tipo de cosas interesantes. Algunas que ya conocemos, pero también muchas que no. La mayoría de ellas son deliciosas y - ¡eso es lo que amamos de Tailandia! - increíblemente baratas. El mercado no es muy grande, así que lo recorremos bastante rápido. Pero no hay problema, simplemente damos varias vueltas al mercado, en el centro hay además un gran espacio con un escenario y mesas donde se puede disfrutar de la comida. Siempre y cuando se encuentre un lugar.
A medida que avanza la hora, el mercado se llena cada vez más, hasta que en algunos lugares apenas se puede pasar. Llega un momento en que se vuelve demasiado, así que nos alegra que pronto nos vayan a recoger. Además, ya estamos tan llenos que no podemos comer nada más.
Puntualmente a las 9 p.m. nos recogen y nos llevan de regreso al hotel. ¡La visita al mercado nos ha gustado mucho! La variedad de delicias fue amplia, los precios eran económicos y las impresiones nos quedarán vivas en la memoria por un buen tiempo. ¡Quien esté en Krabi no debería perderse el mercado nocturno!