Publicado: 26.05.2019
Hoy seremos despertados todos brevemente antes de las 8 por el alegre Leo que balbucea. Nos acurrucamos todos nuevamente un rato en la pequeña cama y subimos las persianas. El cielo se presenta nublado hoy. Llueve ligeramente. A pesar de eso, desayunamos afuera, ya que pronto dejará de llover. Hoy queremos explorar el casco antiguo de Šibenik y partimos a media mañana. Šibenik es una de las ciudades croatas más antiguas en la costa Adriática.
Buscamos un rato un lugar para estacionar, pero finalmente encontramos uno en el paseo marítimo. Al principio caminamos con el carrito de niño.
Rápidamente nos damos cuenta de que el casco antiguo está lleno de escaleras, así que cambiamos a la Manduca (fular). Caminamos por callejuelas pequeñas y subimos numerosas escaleras.
Marik siempre va a la cabeza. Para él, correr por las estrechas y retorcidas callejuelas es una gran aventura. No es raro que él decida por dónde vamos a caminar.
Al llegar arriba, nos encontramos frente a la entrada de la fortaleza de San Miguel. Desde aquí se tiene una vista excelente del casco antiguo de Šibenik, la bahía y la desembocadura del Krka.
Recorremos los muros de la fortaleza y admiramos la vista. El clima se mantiene y, a pesar de unas pocas gotas de lluvia, permanece seco.
Marik está exhausto y hambriento por tantas escaleras subidas. Por eso buscamos un restaurante para descansar. El clima comienza a empeorar y empieza a llover. Después, regresamos al camping. Allí descansamos un poco y leemos un libro juntos. Luego es de nuevo hora de las botas de goma para Marik. No dejamos que el clima afecte nuestro ánimo. Marik salta en los charcos y lanza piedras al mar, mientras Tobi y Leonora toman una pequeña siesta por la tarde.
Por la tarde vamos a cenar a un italiano. Después, volvemos a la caravana y pasamos la noche de manera acogedora.
Mañana queremos continuar hacia Split. Se espera que el clima siga siendo malo los próximos días, pero esperamos que el pronóstico del tiempo se equivoque como a menudo sucede...