Publicado: 04.07.2020
En mi último día en Bansko, me dirigí a la ya mencionada cordillera de Pirin. Me propuse escalar su pico más alto, el Wihren, que se eleva a 2914 metros. La pregunta decisiva del día fue si mi voluntad y resistencia serían suficientes para alcanzar una altitud exorbitante para mis circunstancias. Pues en mi vida, raramente había escalado más allá de los 2000 metros.
Como se puede ver en las imágenes, realmente llegué hasta la cima. Sin embargo, el truco de la historia es que se puede llegar en coche por una carretera de montaña hasta más de 1800 metros. La subida fue desafiante, y el descenso fue aún más difícil para mí. Mis piernas adoloridas aún me darían problemas de una manera muy incómoda en los siguientes cinco días. Sin embargo, la experiencia de la ascensión fue otro momento inolvidable en mi crónica de viaje.