Publicado: 30.09.2020
Partimos del embarcadero eslavo a las 10, realizando un viaje idílico a través de Brandeburgo. Luego, a través del menos idílico canal de silo, pero igualmente interesante, después de mucha naturaleza, se pueden ver montañas de carbón, arena y chatarra.
Pero pronto es suficiente, y volvemos a la idílica Havel.
En Plaue, el Havel gira hacia el norte, la seguimos hasta Pritzerbe en el arco de Havel, donde se desvía hacia el oeste.
Amarramos en la casa de botes de Pritzerbe, y hace tanto calor que ¡incluso se usa nuevamente la escalera de baño!