Publicado: 15.03.2024
No teníamos muchas ganas de grandes caminatas dado el sol brillante y el calor resultante. No había lugar para esconderse. Pasamos algunos días holgazaneando, leyendo y comiendo en nuestro alojamiento; siempre oscilando entre el sol ardiente y la sombra fresca. Pero no puedo soportar ser vago por más de un día, así que decidimos salir de nuevo: un día al mar, ver peces globo varados, langostas secas y restos de enormes conchas; un día más en el Cañón de Nacapule. Allí había un sendero que realmente queríamos explorar. Aunque era corto, era muy hermoso. Lamentablemente, la escalada terminó abruptamente cuando Paul resbaló y se clavó 3 fragmentos enormes en el dedo pulgar. Tuvieron que ser removidos quirúrgicamente. :-(
Así que nuestros días en Guaymas estaban llegando a su fin y hoy tomamos el Albatros de regreso a Hermosillo. Un último día en la soleada capital del estado de Sonora, antes de enfrentar el largo vuelo de regreso a la primavera alemana (que si es necesario, lo tomaré solo ;-))