Clara und Matze
Clara und Matze
vakantio.de/cum

Puerta 9 - a veces las cosas no salen bien

Publicado: 09.12.2019

Para mi primera noche me quedo en Yamba, donde he reservado una cama en un dormitorio compartido. La gente es muy abierta, encuentro enseguida a alguien para jugar al ping pong y cocinar. A la mañana siguiente disfruto del aire fresco del mar mientras paseo hacia el faro, luego continúo mi camino. Por la noche llego a Macksville, donde en el local (solo tiene 1 opción de comida abierta después de las 20:30) es muy fácil entablar conversación con los amables lugareños. Sorprendentemente, duermo muy bien solo en la tienda de techo, también el montaje y el desmontaje van bien. ¡La mujer se las arregla sola! Cuando en la mañana ya estoy de nuevo en la autopista, el control de crucero falla repetidamente, además, el coche suena diferente a lo habitual. Después de parar en una gasolinera, ya no quiere arrancar, así que me remolcan a la taller más cercana en Kempsey. Desesperadamente llamo a Matze en su trabajo, pero realmente no puede ayudarme. Apretando los dientes, esto tengo que solucionarlo sola. Como quiero estar sí o sí en Sydney para el fin de semana, dejo el coche, cuya reparación puede tardar unos días, y me tomo el tren de Kempsey a Sydney. Matze se había mudado el mismo día en que yo salí con Maddy, de la casa compartida a un hostal. Ahorra dinero y así tiene más compañía. Duermo una noche allí, por la mañana nos mudamos a un AirBnb, retomo mi trabajo para Uber. Desafortunadamente, luego hay problemas con la propietaria de la casa recién renovada, parece que no quiere que nadie viva allí en la fase de diseño. Así que volvemos a buscar, esta ciudad realmente me está sacando de quicio, y ahora parece que ya no me quiere más, desde que le di la espalda... Encontramos un lugar no muy lejos en Redfern, arrastramos todas nuestras cosas sin coche un poco más y esperamos que estos últimos días todo salga bien. Ya he vendido mi bicicleta y alquilo una bicicleta eléctrica para los últimos días, Matze trabaja en la obra... La semana comienza bien, luego un golpe en la cara: mi cuenta de Uber se bloquea, el reconocimiento facial, que a veces se solicita mientras se conduce, pone en duda mi identidad y mi cuenta es bloqueada. Presento un recurso, pero no logra nada. Empiezo el camino de regreso y tengo que darme cuenta de que me he quedado fuera. La propietaria tiene la llave de repuesto, que no regresará hasta el final de nuestra salida. Intento abrir la ventana, forzar la cerradura de la puerta con una tarjeta... nada funciona. Por casualidad le pido ayuda a una pareja que también vive en el complejo, desde el patio trasero entro a través de uno de los dormitorios al apartamento. Así que el resto de la semana estoy desempleada y por lo tanto inquieta y insatisfecha. Cuando finalmente llega el día de la partida, me quita un peso de encima.

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