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Siem Reap

Publicado: 30.07.2024

Desafortunadamente, esa ya fue nuestra última parada en Camboya. También me hubiera gustado visitar la cordillera de Cardamomo y los templos de Koh Ker. Pero la cordillera de Cardamomo es prácticamente inaccesible para los turistas durante la temporada de lluvias. Y Koh Ker, por un lado, es una zona de alto riesgo de malaria y, por otro lado, hay que tener en cuenta que se pueden encontrar minas y munición sin detonar fuera de los caminos establecidos y posiblemente dentro de los templos. Así que en realidad no queríamos tentar tanto a nuestro destino.


En Siem Reap en sí, no hay tanto que ver; la ciudad es más bien una plataforma de lanzamiento para visitar los templos de Angkor. Ese también era nuestro plan, solo que después de dos días necesitábamos un pequeño descanso de los templos y decidimos visitar el museo de minas terrestres y una granja de seda.


El museo de minas terrestres fue inaugurado hace casi 30 años por Aki Ra, un ex niño soldado y colocador de minas de los Jemeres Rojos, para mostrar al mundo lo que las minas terrestres han causado en su hogar. Después de regresar a su ciudad natal tras años de combates, comenzó a desactivar minas y munición sin explotar allí, y desde 2007, a través de su museo y otros proyectos, ha estado trabajando en la concienciación sobre el tema de las minas terrestres y la munición sin detonar. Además, Aki Ra, con su ONG Cambodian Self-Help Demining, ha despejado más de 9 millones de metros cuadrados de tierra y estima que ha desactivado más de 50,000 minas, ya que él mismo dice que tiene algo que reparar. Tuvimos la suerte de poder hablar brevemente con él.


La granja de seda es un tema menos serio que el museo de minas terrestres, ya que aquí se producen (solamente) seda y productos de seda. Sin embargo, tuvimos suerte, porque después de una larga fase de renovación, la granja reabrió de manera fresca el 1 de julio. En una visita guiada, nos mostraron los pasos desde la larva de la oruga de seda, a través del hilado del hilo y el teñido del hilo, hasta la bufanda, camisa o vestido terminado. En este lugar, cada paso es realizado a mano, principalmente por mujeres de los pueblos cercanos. Es increíble el esfuerzo que se requiere (aunque algunos pasos podrían ser realizados por máquinas). Pero claro: eso genera empleos y asegura que el enfoque tradicional no se olvide.

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