Publicado: 30.11.2018
Ayer ya tenía algo de dolor de espalda, pero la caída en el arroyo probablemente lo agravó. Tampoco ayudó el hecho de que la cama, equipada con una manta térmica, sea tan cómoda; me duele la parte baja de la espalda.
Se dice que el movimiento ayuda, pero está lloviendo otra vez. Así que toca tomar café, leer, comer y holgazanear. Se suponía que esto sería unas vacaciones anti-burnout.
Hacia la tarde, el dios del clima muestra clemencia y envía algunos rayos de sol. Nuestra señal de partida para nuestro programa de ejercicios. ¡Pantalones puestos y rumbo a la playa!
¿Sabían cómo crecen las mejillones? Yo no....... hasta hoy.
Se adhieren a las piedras, primero pequeñas y luego grandes.
Lo que le hizo muy bien a mi espalda, además del movimiento, fue el jacuzzi.