Publicado: 20.04.2019
Se habían previsto cuatro horas para el viaje, pero desafortunadamente falló la válvula de inyección del autobús. Sábado de gloria en Bolivia. Pero se pudo proporcionar un autobús de reemplazo. Este iba más rápido, pero íbamos más apretados y los dolores de cabeza se hicieron notar debido a las curvas. Sin embargo, la paisaje que cambiaba constantemente, así como los cactus y las manadas de llamas al borde de la carretera, nos compensaron. Al final del viaje, vimos el Salar de Uyuni y atravesamos las polvorientas calles de la ciudad.