Publicado: 16.05.2019
En realidad, creemos haberlo visto todo: Andes, lagos, ganado, caballos y caminos con y sin asfalto que llevan a la infinitud. Pero no podemos y no queremos detenernos y recorremos el parque nacional en toda su longitud y, para hacer senderismo, bajamos en un amplio río. No esperamos más sorpresas.
Pero entonces nos encontramos puntualmente a las 17:00 horas en Trevelin frente a una casa de té y disfrutamos de la hora del té al estilo de Gales. Completamente al estilo, desde la vestimenta del servicio, la música de fondo discreta y, por supuesto, la vajilla y el mantel. ¡Finalmente, no hay televisión encendida! Cada pieza de pastel del servicio es un poema, el té es excelente.
En Esquel, Gaby descubre una camisa en la vitrina. Entramos a la tienda y nos sentimos retroceder al menos 75 años. Hay de todo, desde tornillos hasta cosméticos y utensilios de cocina, así como telas y, por supuesto, camisas. Al final, hay que pagar en la caja. Espero en la sección de ropa y cuando nadie me atiende, un empleado de la sección de zapatos me explica que debo sacar un número. Busco una máquina de números y, incluso tras repetidas preguntas ("justo a la vuelta de la esquina"), no encuentro ninguna manera de obtener un número. Abrumados, nos rendimos y deseamos ser transportados de golpe al presente. Pero llevamos las impresiones con nosotros. A la vuelta hay una tienda de botones y cremalleras, al lado una tienda "Todo suelto" con cuentas de la suerte y nueces y, en fin, - todo en recipientes o bolsas para llevar en envases traídos de casa o bolsas de plástico en la tienda.