Publicado: 13.01.2017
Faltando un cuarto para la una (noches) partimos hacia Ciudad de Belice. Teníamos por delante un viaje de 8 horas y el control fronterizo. A las 3 de la mañana, cuando finalmente pudimos dormir un poco, nos despertaron con cariño y nos hicimos fila. Poco a poco fuimos a inmigración para resolver los trámites de salida y obtener el sello en el pasaporte. Lamentablemente, no se puede evitar la tarifa de salida de 25 dólares; hay que pagar o no se puede continuar. Todo el proceso tomó aproximadamente 1 hora hasta que finalmente pudimos seguir nuestro camino.
Con un poco de cansancio y algo molestos llegamos a Ciudad de Belice y nos abordaron enseguida todas las personas. Un poco demasiado para empezar, pero la gente realmente solo tenía buenas intenciones. Preguntaron a dónde teníamos que ir y nos mostraron el camino. En general, todos fueron muy abiertos y amables con nosotros.
Luego tomamos el ferry hacia la pequeña isla de coral, Caye Caulker.
Debo decir que fue amor a primera vista. El mar es increíblemente hermoso, las playas son geniales, las casas son coloridas y la gente está profundamente relajada. Aquí los coches están fuera de lugar, se viaja en bicicleta o en pequeños carritos de golf.
Nos alojamos en Bellas Backpackers, con acceso propio al mar y canoas y bicicletas gratis. Lamentablemente, no había camas libres, así que nos dieron un colchón en el suelo :D Hay opciones más cómodas, pero se puede hacer. También hay que mencionar que al lado hay un albergue de fiesta. A las 7 de la mañana, la música se sube al máximo, ¡nada de dormir! :D