Publicado: 11.07.2018
En el camino hacia Darwin, había innumerables parques nacionales y pequeñas piscinas naturales. Puede parecer extraño, pero después de la tercera o cuarta piscina, siempre era lo mismo, y muchas estaban completamente abarrotadas de turistas, ya que era época de vacaciones. Visitamos algunos bonitos campings y disfrutamos del calor y del sol. Aunque viajar en coche y dormir en una tienda en el techo era muy genial, de alguna manera echábamos de menos viajar como solíamos hacerlo. Dado que especialmente los alimentos en Australia son increíblemente caros y nos alimentábamos exclusivamente de arroz con frijoles, pasta y papas, extrañábamos mucho salir a comer, darnos un capricho de nuevo y no tener que contar cada centavo. 'Aparentemente somos un poco demasiado viejos y mimados'. Cuando en el chequeo rutinario en el taller nos enteramos de que algunas cosas en el coche estaban rotas y el concesionario nos había estafado, el ánimo se hundió. Decidimos vender el coche y dejar Australia. Más sobre la ardua venta del coche en el próximo artículo.... =)