Publicado: 31.05.2022
Mis días están llenos de alegría. Anteayer tuve el privilegio de acompañar a Rangdröl a una ceremonia especial en la casa de su familia. Allí había habido un fallecimiento hace exactamente un año. Para despejar todas las dificultades de la difunta y de los vivos, se reunieron doce monjas y monjes para una ceremonia especial de longevidad.
Ya el día anterior, los ordenados habían trabajado durante horas para hacer 1000 Tormas (ofrendas de masa de cebada y mantequilla), preparar cuencos de ofrendas con granos de cebada y 1000 inciensos así como 1000 sombrillas y corbatas de seda dispuestas en un mandala. Ahora, durante todo el día, se debían recitar oraciones y completar el mandala con 1000 mantras.
En los descansos, tengo la oportunidad de conocer más de cerca a una de las monjas. Sonam es el nombre de esta maravillosa y elegante mujer, que tiene las manos más hermosas que jamás he visto. Cuando ella hace mudras (gestos simbólicos con las manos) con sus dedos largos y delgados, es como si mariposas estuvieran realizando un baile.
Con sorpresa y alegría, nos damos cuenta de que tenemos el mismo maestro de refugio. Descubro que Lama Jampa podría venir a Ladakh este verano. Y eso me haría muy feliz. Después de todo, tenía previsto visitarlo. Me encantaría verlo, incluso si Lama Jampa ya no puede comunicarse debido a un derrame cerebral.
De todos modos, Sonam y yo hacemos planes para volver a encontrarnos. Ella también me invita a visitarla en su monasterio. Sin duda planeo hacerlo.
Ya es bastante tarde cuando regresamos a Lamayuru. En el camino, admiro una vez más a los 'constructores de carreteras más altos del mundo', que a pesar de la hora avanzada, siguen trabajando arduamente en la reparación de las carreteras. Ha habido muchos avances en la infraestructura de Ladakh. Las viejas y empedradas pistas de grava han sido reemplazadas. Grandes carreteras montañosas han reducido los tiempos de viaje. De Rangdröl, me enteré de que el gobierno indio está invirtiendo millones de rupias en la expansión, también para hacer frente a la amenaza del vecino chino, así como de los terroristas paquistaníes. No es de extrañar que cada pocos kilómetros aparezca una estación militar al lado de la carretera.
En lo que a mí respecta, tanto la guerra en Ucrania como los combates en otras partes del mundo se han alejado un poco. Después de este día tan lleno, estoy simplemente feliz. Tan feliz que podría llorar de alegría.
Continuará...