Publicado: 19.10.2018
Aunque ya ha pasado más de 3 meses desde que regresé, siento que aún tengo que cerrar este capítulo.
Mis últimas semanas en Canadá fueron las más emocionantes que he vivido. Hubo pocos días libres, cada una de las últimas horas fue aprovechada al máximo. Estas semanas me mostraron: Esta es mi vida y tengo que dejarla atrás ahora. No tuve un típico caos emocional, como suele decirse, sabía que algún día tendría que renunciar a esta vida, sin embargo, no lo había realmente asimilado hasta el vuelo.
El 01.07.18 me desperté con la certeza de que sería mi última mañana en esta habitación, en este país. Mis vuelos fueron sencillos, tuve la gran suerte de que una muy buena amiga (alemana) estuviera conmigo en el vuelo a Vancouver y también pudiera esperar allí conmigo. Luego abordé el vuelo a Frankfurt y ella tuvo que esperar su propio vuelo. Así pasé al menos mi última hora en Canadá en buena compañía. Nuestros mejores amigos, que aún estaban en el país, también vinieron al aeropuerto de Comox.
Durante el vuelo sobre Comox, el lugar se sentía tan familiar, reconocía la forma del terreno y conectaba tantos recuerdos con él.
Este lugar me ha dado tanto, todas las personas que he conocido las llevaré siempre en mi corazón.
Para todos mis amigos y familiares que leen esto: Los amo y estoy muy agradecido de haberos conocido. Realmente sacan lo mejor de mí. Puede que estemos separados ahora, pero siempre estarán conmigo, donde quiera que vaya.
El hogar es donde está tu corazón, mi corazón estará para siempre en Canadá.