Publicado: 27.01.2018
A menudo nos preguntan cómo es posible viajar tanto tiempo con un niño en edad escolar. Nuestra hija de siete años, Fa, está en segundo grado de primaria, pero la escuela le ha concedido una exención educativa entre las vacaciones de Navidad y Semana Santa. Durante este tiempo, le damos clases. Junto con la maestra de Fa, hemos acordado exactamente lo que debe aprender en este periodo, así que varios materiales de enseñanza han viajado con nosotros. Esto nos permite viajar durante tres meses y disfrutar de mucho tiempo solo para nosotros cinco como familia. En casa, llevamos un modelo familiar un poco exigente, donde los niños ven a su papá casi solo los fines de semana. Tener tanto tiempo juntos es un lujo para nosotros.
Con nuestra propuesta, hemos encontrado buena disposición en la dirección y la maestra de la escuela de Fa. Comparten nuestra opinión de que Fa aprenderá, vivirá y recogerá experiencias y momentos valiosos durante este viaje. Sabemos que depende en gran medida de la dirección escolar si se aprueba una exención así. Y, a menudo, estas solicitudes son rechazadas de manera estricta. Estamos muy agradecidos y contentos por la actitud abierta de la directora de la escuela de Fa.
Dado que en la escuela de Fa se practica el aprendizaje autodirigido como concepto educativo, el aprendizaje en movimiento también va bastante bien. Los niños aprenden de manera interanual (1º y 2º grado juntos) y cada niño determina su propio ritmo. Esto nos beneficia ahora, ya que Fa es siempre muy aplicada y ambiciosa. Sin embargo, hay algunas reglas que deben seguirse durante el viaje ('primero la escuela, luego el placer', tranquilidad y poca distracción). Como padres, debemos ser conscientes de que también hay que planear bastante tiempo para esto. En las primeras cuatro semanas, mi suegra (exdirectora de primaria) también viaja con nosotros, ya que nos apoya de manera profesional. Fabi considera que su papá es mucho más estricto como profesor. Mucho más estricto que su maestra;-)
En un acogedor Bed & Breakfast en Bloemfontein, encontramos un viejo pupitre que ambos niños encuentran genial. Con eso, las cuentas en el 'Zahlenfuchs' se hacen prácticamente solas. Hubiéramos querido llevar ese pupitre con nosotros al día siguiente en la maleta para continuar nuestro viaje.