Foilsithe: 29.12.2018
En mi primer día en Chile, gané muchas impresiones nuevas y tuve que acostumbrarme a mi nuevo entorno.
Ya en el aeropuerto, me di cuenta de que los chilenos son personas increíblemente serviciales y amigables, que les gusta acercarse a desconocidos. Tanto mi taxista como el personal del albergue rompieron el hielo de inmediato y hacían bromas constantemente.
Otra cosa que noté de inmediato: Santiago es colorido. Todas las casas tienen un color diferente y en cada esquina hay arte urbano y graffiti, lo cual encuentro muy bonito y en parte increíblemente creativo.
Y para no olvidarlo: el idioma. Admito que al principio no entendía casi nada cuando los chilenos hablaban entre sí. A veces ni siquiera me daba cuenta de que era español. Esto se debe a que, por un lado, hablan muy rápido y, por otro lado, a veces usan diferentes palabras que en el castellano y además omiten algunas letras o palabras. Sin embargo, cuando los chilenos conversan conmigo y se dan cuenta de que no entiendo todo, suelen hablar un poco más despacio para que pueda entenderlos mejor.