Justo con el amanecer, llegamos a Puno a las 5:20 de la mañana. Después de un corto viaje en taxi, llegamos al hotel y esperábamos poder entrar en la habitación antes, para dormir un poco. Durante el trayecto en autobús ya pudimos dormir, ya que teníamos asientos realmente cómodos, pero la noche fue un poco corta. Afortunadamente, había una habitación disponible y pudimos ir directo a la cama sin esperar. Después de una buena siesta, paseamos un poco por la ciudad y fuimos hacia la orilla del lago Titicaca. El lago fue la verdadera razón de nuestra parada en Puno. Es, de hecho, el segundo lago más grande de Sudamérica y al mismo tiempo el lago más alto en el que se navega comercialmente. Estábamos a unos 4,000 metros sobre el nivel del mar. Realmente nunca te acostumbras a la altura, pero tampoco era algo nuevo. De todos modos, el lago conecta Bolivia y Perú y tiene varias islas. Entre ellas, las Islas Flotantes, que planeamos visitar al día siguiente. Pero el día de nuestra llegada, alquilamos un bote a pedal y exploramos un poco el lago. Además, decidimos no quedarnos otra noche, porque no encontramos la ciudad muy especial. Eso significaba para nosotros: al día siguiente haremos un tour por el lago y por la noche tomaremos el bus nocturno hacia Arequipa. La mañana siguiente, empezamos el tour a las 08:00. Como de costumbre, nos recogieron en una minivan y luego nos dejaron en el puerto. Allí nos llevaron a un barco y comenzamos el recorrido. La primera parada fueron las Islas Flotantes de los Uros. Los Uros son indígenas nativos del lago Titicaca que construyen islas de juncos del lago. En estas islas viven hasta 6 familias y cuidan la isla juntos. Nuestro grupo de viaje pudo pisar una de las islas y nos explicaron cómo se construyen y cómo vive la gente allí. Los primeros pasos en la isla eran inusuales, ya que en esencia caminabas sobre una superficie herbosa. Con cada paso, el material se hundía un poco, pero nos aseguraron que no podíamos hundirnos. En un círculo de asientos nos mostraron cómo se construyen y mantienen las islas. Cada dos semanas, hay que reemplazar la